
Aunque me gusta mucho el cine (incluso algunas películas muy raras) no me considero un cinéfilo de pro. Pero esto no quita el que disfrute admirando una antigua cámara de proyección o me emocione al visitar algún lugar mítico relacionado con el séptimo arte. Eso me ocurrió en París con Studio 28.
Cuando este invierno visité París uno de los lugares que más me gustaron fue Montmartre y sus alrededores (Mouline Rouge, etc...). Un sitio como pocos. Muy pintoresco. Una especie de pueblo dentro de París. El paraíso de artistas e intelectuales de cualquier lugar del planeta. Salas de exposiciones, teatros, talleres de pintura a la vista de cualquiera. Desde pintores que ofrecen sus obras en plena Place du théâtre hasta el pianista que nos ameniza la comida en el La pétaudieére en plena rue Norvins. Por amor al arte.
Uno de los lugares en los que me quedé encadilado fue Studio 28. El mítico cine en el que Buñuel proyectó alguna de us películas más conocidas como La edad de Oro. Es un pequeño cine pero al que le envuelve una atmósfera especial. Cuando estás en su puerta sabes que algo grande ha sucedido allí. Que gente muy importante en el mundo del arte ha dejado su embrujo en sus luces de neón.
El Studio 28 tiene una larga historia que sería bonito contar. Pero simplemente quiero expresar la envidia que me da que en algunos lugares cines y teatros tan pequeños como este sigan en pie y ofreciendo arte del bueno. En otras ciudades, por contra, vemos como algunos cines o salas de teatro cierran y modifican sus espacios para la creación de templos del consumismo.
Estando en este lugar te da la sensación de que el tiempo se ha parado. De que en cualquier momento van a aparecer por allí Buñuel, Dalí, Gala Eluard, o los surrealistas franceses, que se reunían en el Café Cyrano, en Pigalle, o en la casa de André Breton. O quizás la propia Amelie (alguna escena se grabó allí).
Recordemos por un momento los Studio 28 que han desaparecido en nuestras ciudades. Los lugares de reunión e inspiración para artistas, como Balmoral en Madrid, que han cerrado sus puertas víctimas de la especulación. Pero bueno, mientras las obras allí creadas sigan exhibiéndose y sus creadores recordados, esos sitios seguiran ahí. En el mundo del arte.
2 comentarios:
Salto de Mars on Life quejándome por no haber visitado la librería Shakespeare and Co. y me encuentro una entrada sobre Studio 28, el cine mítico de Buñuel y Truffaut.
Menos mal en este sitio si que tengo una foto.
Saludos.
Me encanta Paris. Mucho mas que Roma, lo cual es extraño. aunque si tuviera que irme a vivir a cualquiera de las dos, me quedo con Roma. Pero Paris tiene su encanto bohemio y un ambiente cosmopolita que en pocos sitios funciona.
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