lunes, 28 de septiembre de 2009

Ladran luego avanzamos.


Vivimos en el siglo XXI pero hay cosas que no cambian. Un ejemplo claro es la situación en Honduras. Vamos a jugar un poquito. Imaginemos que de repente mañana Rajoy apoyado por el ejército y otros sectores de la sociedad (en su mayoría representación de los que más tienen) detiene a Zapatero, lo saca u obliga a salir del país y se autoproclama Presidente por razones como que hay que evitar que Zapatero se mantenga por siempre en el poder, para evitar la ruína del país,...

Pues eso es lo que ha pasado en el país centroamericano. El presidente Zelaya, elegido por el pueblo en elecciones democráticas, ha sido expulsado del país, desposeído de sus funciones y acosado de todas las maneras posibles. Ahora, tras lograr entrar en el país de manera "clandestina" y refugiarse en la embajada de Brasil, está rodeado por las fuerzas de seguridad y el ejército. Mientras sus partidarios, mayoría en el país, sufren una violenta represión por parte de los usurpadores del poder. Las libertades constitucionales han sido suprimidas para garantizar el "orden establecido" por Micheletti y sus partidarios. La razón es que saben que la mayoría del pueblo está con Zelaya y si se movilizan en masa y salen a la calle la situación se complicaría en demasía para sus intereses.

No sorprende que EEUU no haga mucho caso a la situación porque no le interesa un nuevo gobierno de izquierdas en centroamérica. La historia demuestra que el imperialismo yanki ha apoyado golpes de estado en muchos países y ha apoyado a dictadores con tal de lograr sus objetivos capitalistas. Honduras en un paso más en su continua expasión tras lograr colocar bases en Colombia y tener controlada la zona. Desde la comunidad internacional se oyen leves protestas en contra de la acción de Micheletti. Sólo países como Ecuador, Venezuela, Brasil, entre otros claman al cielo y denuncian la situación.

Está claro que a ninguno de los países capitalistas, por mucho que quieran dismular, les interesa que un nuevo Chavez se instale un una zona del mundo sobre la que se quiere tener un control total de sus riquezas. La verdad es que si todos los países de Sudamérica y Centroamérica tuviesen mandatarios como los Presidentes de Venezuela, Bolivia, entre otros, la cosas pintaría de forma diferente para todos.

A nivel personal me ha sorprendido que un Cardenal como Madariaga apoye a Micheletti y por otro lado se considere amigo de Zelaya. En otro momento, consideré a este señor un buen candidato, que lo fue, a Papa, pero ahora veo que da igual quien esté, el mismo perro como el mismo collar.

Hay una frase con la que me quedé en uno de los cursos para delegados sindicales a los que he asistido. "Ladran luego avanzamos". Y que razón tiene. Si los ricos se ven obligados a este tipod e acciones, a recriminar a determinados presidentes, a colocar a la izquierda fuera de tiempo, es porque algo les preocupa. Es porque algo avanza.