sábado, 29 de noviembre de 2008

Bombay: el ombligo de la India.


Los antiguos griegos ya recalaron en la India. Estos explicaron a sus contemporáneos historias extraordinarias sobre lo que había traspasado el río Indo: hombres de dos cabezas, serpientes enormes, unicornios, insectos gigantescos. Narraron un mundo de prodigios y mitos que se ha ido cayendo a fuerza de siglos y avalanchas de turistas. Pero la magia de la India puede con todo. Los occidentales que visitan este país se quedan mudos de admiración al contemplar el mapa de colores que las ciudades de este país nos ofrece y la cantidad de personajes inimaginables que deambulan por sus bulliciosas calles: encantadores de serpientes, hermosas mujeres enjoyadas de los pies a la cabeza, domadores de elefantes, sacerdotes del sol, monjes jainistas completamente desnudos (vestidos de cielo, dicen ellos), monos, camellos, mendigos mutilados y conductores de rickshaw.

Por eso, cuando noticias como la de estos últimos días nos hablan de tragedias como la de Bombay...te entristeces sobremanera. Bombay significa ombligo, el punto donde madre y bebe están unidos. El punto de conexión entre lo que ya existe y lo que empieza a existir. Que la locura de unos fanáticos sea la fachada de un país tan grande durante tanto tiempo es una injusticia. Una más de las que asola este país. Porque aunque es un país emergente, lo es para unos pocos. La miseria también campa a sus anchas entre las maravillas que al principio hemos recordado.

Una situación de contrastes que no es natural. Como ocurre en otras regiones (de las que algo hemos hablado en este vuestro blog) el origen de muchas de las tragedias que vive este país viene de la mano de la política. Fue un país colonizado por los británicos. Fue un país que logró su independencia. Pero fue una tierra que se dividió en dos; India y Pakistán. Enemigos eternos un una lucha sin cuartel por un pedazo de mundo que quedó en medio; Cachemira.

En días como los vividos habría que volver a tender un cordón umbilical entre este país, sus gentes y el resto del mundo. Porque India existe y no sólo en lo que los paquetes turísticos nos muestra. Hay otra realidad escondida. Una verdad que siempre hay que tener presente. Porque olvidarnos de lo malo de un país, no hablar de ello, podría ser como si eso no existiera. Como si sus gentes no existieran. Como si la India no existiera. Un precio demasiado alto por sólo no hablar.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Milongas y otras estupideces.


Nos dejamos llevar por la moda (de estar en contra de algo o a favor de algo) sin saber si va en contra o no de nuestros propios intereses (algo que al joven de la foto seguro que le ocurre).Y es que siempre es igual. Vivimos en un país acostumbrado a dar rodeos a los problemas en lugar de atajarlos de raíz. Nos fijamos en las cosas más estúpidas y sin embargo nos olvidamos de los detalles importantes. Quizás sea esa la razón que explique los esteriotipos que nuestro país arrastra. Quizás también sea la razón de que las cosas nos vayan como nos van.

Tenemos un modelo educativo en el que un niño, por ejemplo de Burgos, recibe una educación que nada tiene que ver con la de otra comunidad. Los diferentes gobiernos se han ido cargando la educación del anterior con lo que la casa sigue sin barrer. Sabemos de las carencias que hay en los actuales modelos educativos a todos los niveles. Somos conscientes de los problemas que los docentes se encuentran en las aulas debido a la pérdida de autoridad ante alumnos y progenitores. Pero en lugar de preocuparnos de poner solución a esto nos dedicamos a echar la culpa a los crucifijos. Milongas, gilipolleces.

Sería más importante aunar esfuerzos para conseguir consenso en la materia de educación. Porque, por si alguien no se había dado cuenta, los niños y niñas de hoy son el futuro de mañana. Es importante que todos y todas reciban una educación buena y única en materia y en valores. Respecto a estos últimos habría que decir que no vienen dados por crucifijos sino por ejemplos de toda la comunidad educativa. Y uno muy importante es el de la tolerancia.


lunes, 24 de noviembre de 2008

Lo que nos merecemos.

Parece increíble pero es cierto. Primero fue Roldán y después Muñoz. Dos ladrones de tomo y lomo. Se quedan con el dinero de los contribuyentes, cometen mil y una fechorías y, sin embargo, les dan un espacio en televisión para que lo puedan contar de primera mano. Y encima en época de crisis. Cuando la mayoría de la ciudadanía está pasándolas canutas nos ponen a estos energúmenos a contarnos milongas. Lo cojonudo es que encima les pagan.

Por un lado la culpa es de quienes dirigen determinados medios de comunicación. En su afán por conseguir la primicia se olvidan de distinguir lo que es verdaderamente noticia de lo que es chufla y descaro. Y es que en televisión se cuela cualquiera. Sólo hace falta ver quienes se sientan en tertulias y quienes presentan algunos programas.

Pero no podemos olvidar la culpa de los televidentes. Como ese millón seiscientos mil espectadores que sentaron un viernes frente al televisor a ver a un señor de bigote que poco más que llorando se presentaba como víctima. Seguramente por otro lado estaba pensando en el cheque que le acababan de dar y en los millones que tiene en alguna cuenta fuera de país. No, tranquilos, no me olvido tampoco de los que se sentaron a ver a ese señor calvo que fue Director de la Guardia Civil y que también se llevó su pico. Hay que ser masoquista y tener poca memoria para ver eso.
Quizás tenemos lo que nos merecemos. Programas muy buenos no han durado ni dos semanas en parrilla y sin embargo nos invaden con esta mierda tildada de noticia. Dos personajes haciendo su papel. Joder, pero es que hay mejores actores y actrices a los que no le dan una oportunidad. Hay mejores periodistas con mejores noticas que ofrecer y que están de freelands intentando hacerse un hueco.

Da igual. No nos importa. Seguramente en breve entrevistaran a cualquier personaje de tres al cuarto y allí estaremos todos. Pegados al televisor. Bueno, todos no. Yo no estaré. Aprovecharé para leer algún libro.

jueves, 20 de noviembre de 2008

Studio 28.


Aunque me gusta mucho el cine (incluso algunas películas muy raras) no me considero un cinéfilo de pro. Pero esto no quita el que disfrute admirando una antigua cámara de proyección o me emocione al visitar algún lugar mítico relacionado con el séptimo arte. Eso me ocurrió en París con Studio 28.


Cuando este invierno visité París uno de los lugares que más me gustaron fue Montmartre y sus alrededores (Mouline Rouge, etc...). Un sitio como pocos. Muy pintoresco. Una especie de pueblo dentro de París. El paraíso de artistas e intelectuales de cualquier lugar del planeta. Salas de exposiciones, teatros, talleres de pintura a la vista de cualquiera. Desde pintores que ofrecen sus obras en plena Place du théâtre hasta el pianista que nos ameniza la comida en el La pétaudieére en plena rue Norvins. Por amor al arte.

Uno de los lugares en los que me quedé encadilado fue Studio 28. El mítico cine en el que Buñuel proyectó alguna de us películas más conocidas como La edad de Oro. Es un pequeño cine pero al que le envuelve una atmósfera especial. Cuando estás en su puerta sabes que algo grande ha sucedido allí. Que gente muy importante en el mundo del arte ha dejado su embrujo en sus luces de neón.

El Studio 28 tiene una larga historia que sería bonito contar. Pero simplemente quiero expresar la envidia que me da que en algunos lugares cines y teatros tan pequeños como este sigan en pie y ofreciendo arte del bueno. En otras ciudades, por contra, vemos como algunos cines o salas de teatro cierran y modifican sus espacios para la creación de templos del consumismo.

Estando en este lugar te da la sensación de que el tiempo se ha parado. De que en cualquier momento van a aparecer por allí Buñuel, Dalí, Gala Eluard, o los surrealistas franceses, que se reunían en el Café Cyrano, en Pigalle, o en la casa de André Breton. O quizás la propia Amelie (alguna escena se grabó allí).

Recordemos por un momento los Studio 28 que han desaparecido en nuestras ciudades. Los lugares de reunión e inspiración para artistas, como Balmoral en Madrid, que han cerrado sus puertas víctimas de la especulación. Pero bueno, mientras las obras allí creadas sigan exhibiéndose y sus creadores recordados, esos sitios seguiran ahí. En el mundo del arte.

martes, 18 de noviembre de 2008

Ciudad de la paz.


Jerusalén significa en hebreo "ciudad de la paz". Que contradición os estaréis preguntando. Jerusalén es ahora pieza clave en un conflicto que parece no acabar con el paso de los años. Es mucha la sangre derramada y mucho el daño causado. Mucho el odio.

Pero no creáis. En otro tiempo, durante siglos, fue realmente un lugar de paz. Judíos, cristianos y musulmanes convivían en perfecta armonía y sin fronteras que les separara. Se respetaban y aceptaban sus leyes y sus religiones. Pero llegaron otros intereses y rompieron ese clima de tolerancia.

Apareció el sionismo. Surgió en Europa durante y posteriormente a la II Guerra Mundial. Los judíos golpeados duramente por los nazis exigen compensación y solicitan un territorio en Oriente Medio para crear su propio estado. Quieren una tierra que consideraban suya, su tierra prometida, la tierra de sus orígenes. Sin embargo, era también tierra de palestinos. Tenían los mismos derechos.

La ONU, que ya por aquel entonces hacía lo que le decían, aprobó la creación de un Estado judío. Eso suponía que miles de palestinos se verían desplazados o se verían obligados a vivir bajo el dominio de un estado que no era el suyo. La cosa se fue complicando hasta degenerar en lo que hoy conocemos. No me gustaría pasar por alto una cosa. El primer atentado en la zona fue de judios contra palestinos. Nació Israel y con el apoyo militar de EEUU venció a los árabes y se anexionó más territorios de lo que les correspondían. Es muy fácil luchar contra los tirachinas y las piedras.

El pasado fin de semana disfrute con la película "Oh, Jerusalén". Un retrato de lo que ocurrió en aquellos primeros días de conflicto. Una película de amistad, amor, odio y guerra. Una obra cuyo eje central es Jerusalén. Perdería el tiempo intentando describir la misma. Sólo si se ve se puede descubrir la importancia de esta ciudad para una posible resolución del conflicto.


lunes, 17 de noviembre de 2008

Callejeros.


Vivimos días en los que la comida basura nos devora, la música comercial nos ensordece...para que continuar ¿verdad? La parrilla televisiva nos sigue, cada día más, ofreciendo productos putrefactos. Sin embargo, aún existen oasis en los que uno puede disfrutar. Es el caso del programa Callejeros que se emite los viernes en Cuatro.

Quizás el hecho de ser periodista influye a la hora de ser exigente respecto a los programas que veo. Siempre sacas pegas de aquí y de allá. La narración, el sonido, la imagen, la edición, el tiempo, el formato en sí... Con Callejeros me ha sido imposible sacar fallo alguno. Seguramente alguién se los podría poner. No es mi caso.

Se trata de un programa que distingue entre la realidad, por dura que sea, y el morbo. Un programa directo porque nos lleva a la raíz del asunto y nos permite situarnos cara a cara con los protagonistas. Reportajes de tiempo exacto, es decir, no duran más de lo estrictamente necesario. Sin mucha dificultad en el movimiento de cámaras. Un formato que sobre todo quiere mostrarnos realidades desde otra perspectiva.

En definitiva, unos presentadores y presentadoras con mucho tacto. Un tratamiento humano para informar, formar y entretener. Algo que se aprende en las facultades pero que algunos olvidan muy rápido.

viernes, 14 de noviembre de 2008

Palabras calladas.


A pesar de que nos encontramos en pleno siglo XXI son todavía muchos los lugares en los que escritores y escritoras son perseguidos, encarcelados e incluso asesinados. Estas personas se ven obligadas en ocasiones a marcharse de sus países y aislarse en refugios itinerantes que aprovechan para ir dando charlas y conferencias para denunciar su situación.

Cuando hablamos de un tema de este tipo seguro que estamos pensando en países como China, Cuba, Taiwán, Irán, Irak, Turquía, Sudán, Argelia,…pero la realidad es que hay países, lo de la “democracia occidental”, en los que también se dan casos de este tipo. Italia y Rusia son claros ejemplos de ellos. Es muy habitual oír en televisión o leer en prensa como algún escritor o escritora opositor a Putin o a sus secuaces es amenazado o es tiroteado a la puerta de su casa. En las últimas fechas hemos conocido como el escritor italiano Roberto Saviano está amenazado por la mafia napolitana y ha tenido que huir de su país tras escribir Gomorra. Un libro que denuncia el poder, en ocasiones consentido por las autoridades, que tiene la mafia en determinadas zonas.

Pero estos son casos muy concretos y conocidos porque ocurren en países “desarrollados”. Hay artistas que llevan años perseguidos en países de los que poca información nos llega. Hay asociaciones que intentan dar a conocer estas situaciones pero se queda en nada. Simplemente unos datos que salen en televisión cuando anualmente se presenta el informe y poco más. Luego nos olvidamos. Ya casi no se habla de Salman Rushdie ni de sus versos satánicos.

Ya no sólo se trata de una violación de derechos humanos, ni siquiera de sólo una eliminación de la libertad de expresión. Se trata de una prohibición del arte. Y es que el mundo ha girado y gira en torno al arte. La vida gira en torno a libros, música, esculturas, teatro, cine. Sin arte no hay mundo y sin mundo no hay vida.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Con la Iglesia hemos topado.


Este fin de semana se estrena “La buena Nueva”. Se trata de una película que narra el papel de la Iglesia durante la guerra civil. Se centra en la vida de un cura partidario de la teología de la liberación que vive en un pueblo de Euskadi y que se enfrenta al sector de la iglesia fiel al régimen de Franco.

Me parece interesante este tema ya que en los últimos años sólo tenemos referencias negativas acerca de todo lo que viene de la Iglesia. Y es que el término Iglesia es algo muy amplio. No sólo la alta jerarquía de Roma es Iglesia. Tampoco toda la jerarquía de Roma piensa igual. La Iglesia la forman laicos, curas, diferentes órdenes, misioneros y creyentes en general. Aunque hay cosas en común como es la fe también se discrepa de otras cosas.

En mi opinión, la mala imagen de la Iglesia en nuestro país, se debe a que en otros tiempos parte de la Iglesia se posicionó al lado del régimen de Franco. Y digo “parte de …” porque otra parte permaneció fiel al legítimo gobierno de la II República. Fueron muchos los curas rojos asesinados, castigados,…acusados de comunistas.

Pues bien, en la actualidad, hay cosas que siguen igual. Dentro de la Iglesia hay muchas tendencias e ideologías. Diferentes formas de dar a conocer el mensaje de Jesús (el primer comunista conocido, igual anteriormente ya hubo alguno más). No podemos olvidar la “iglesia roja” de Madrid. Aquella que han querido cerrar desde las altas esferas eclesiásticas españolas. Hay que saber que hay muchos curas (además de misioneros y misioneras, religiosos y religiosas, laicos y laicas) que lejos de vivir de las comodidades están, como debe ser, entre los que más lo necesitan y lejos del poder y la notoriedad. Fieles a lo que se predica. Por su puesto otros no.

Está claro que en esta vida es más fácil criticar que defender algunas cosas. También es habitual que lo malo de la Iglesia sea noticia y que de lo bueno ni se mencione nada. En esta vida está bien hacerse una opinión formada sobre los diferentes temas que están de actualidad y no dejarse llevar por lemas fáciles y carentes de lógica. Como vimos en el comentario de ayer (La noche de los cristales rotos), unas ideas equivocadas acerca de los judíos desembocó en lo que ya conocemos.

martes, 11 de noviembre de 2008

La noche de los cristales rotos.


El pasado fin de semana se cumplieron 70 años de la noche de los cristales rotos. El Partido Nacional Socialista aprovecho el asesinato del Embajador alemán en Paris a manos de un alemán de origen judío (la familia de este hombre había denunciado maltrato tras haber sido desplazados a Polonia junto a otros miles de alemanes de origen judío) para poner en marcha la primera parte de su plan de exterminio de la población judía.

El plan estaba orquestado desde hacía mucho tiempo y Hitler estaba al frente de esa operación. Sinagogas, comercios y casa fueron destruidas. Miles de judíos arrestados y deportados a campos de concentración. Más de 200 muertos en las calles de muchas ciudades de Alemania y Austria.

En Alemania han querido recordar estos terribles hechos llevados a cabo por compatriotas de otros tiempos. El objetivo no olvidar lo ocurrido y evitar así que cosas similares vuelvan a ocurrir en un futuro. Se ha rendido homenaje a los judíos muertos en aquellas fechas, así como a los que posteriormente fueron asesinados en los campos de concentración durante años.

Todo esto me lleva a sacar varias conclusiones. La primera. Algo así parece impensable en nuestro país. Cuando se pretende recordar lo ocurrido durante y tras la Guerra Civil hay algunos que saltan como locos diciendo que es algo que no hay que remover y lo único que se provoca es más crispación. Esto nos lleva a pensar que las heridas ni están cerradas ni lo van a estar en bastante tiempo.

Segunda. Todavía hay lugares en el mundo (incluso muy cerca nuestro) en los que algunas personas son perseguidas y acosadas. Sus bienes atacados y, en ocasiones, obligados a salir de sus pueblos y ciudades y establecerse en otros sitios. Las vidas de muchos siguen corriendo serio peligro.

Tercera. La noche de los cristales rotos debe servir para que sectores de la sociedad israelí detengan la persecución sistemática y el exterminio controlado que están haciendo del pueblo palestino. Es muy grave que un pueblo que sufrió un holocausto esté, aunque no todo, haciendo algo “similar” con otro pueblo.

Recordar los errores debe de servirnos para evitarlos en el presente. Es la única forma de lograr un futuro más justo, pacífico y solidario. Y es que todavía seguimos viendo muchos cristales rotos.

domingo, 9 de noviembre de 2008

Lo políticamente incorrecto.


Este fin de semana he tenido una charla acerca de una canción de Jose Mª Sanz, Loquillo. Se trata de su canción La mataré. Una de las canciones con más éxito de este cantante barcelonés. Hace tiempo que "el loco" ya no la toca en sus conciertos a pesar de que entre el público siempre hay quien la pide. A lo que Loquillo responde: "chaval ahora mueren muchas mujeres...". En algunas entrevistas el artista afirma que no es políticamente correcto tocar esa canción.

No cabe duda que ante todo quien debe decidir si es oportuno interpretar esa canción o no es el propio Loquillo, faltaría más. Pero hay gente que piensa que no pasaría nada por tocarla. Creo que en cierto modo nos les falta razón porque entonces tendríamos que prohibir que se emitiesen determinadas series, que se publicasen determinados libros, que se proyectasen determinadas películas o anuncios... Seguramente todos y todas recordamos alguna obra, sea del género que sea, que se pueda interpretar como exaltación de la violencia machista. Y sin embargo no pasa nada.

En el otro lado están quienes piensan que Loquillo hace bien al no tocar en directo esta canción. Consideran que es una falta de respeto a las mujeres asesinadas a manos de sus parejas y a sus familiares. Advierten también que podría incitar a más violencia.

Yo pienso como los primeros. No deja de ser una canción. Una historia dramática que puede llevarte a la reflexión acerca de este problema porque ahora tenemos más información. Pienso que Loquillo está fuera de toda sospecha de fomentar la violencia porque todos conocemos su idología y sus compromiso social.

No sé si Loquillo tomó esa decisión por la posible presión social. Sinceramente no lo creo. Simplemente quería lanzar el debate de si sería acertado seguir tocándola o si es mejor retirarla a un baúl. ¿Qué opináis?

viernes, 7 de noviembre de 2008

Un tanto personaje.



Llega el fin de semana, dos días de descanso (gracias sobre todo a la boda de mis amigos Noe y Javi) y, por ello, no vamos a entrar en temas complicados. Después de la resaca de las elecciones en EEUU de las que vamos a tener tiempo para hablar apetece escribir sobre temas más livianos, no por ello menos importantes.

La cuestión es que hoy me preguntaba acerca de mis gustos musicales. Todo porque le he dicho a un amigo que me quería comprar el último disco de The Cure la banda de Robert Smith. Su comentario ha sido, “joder te gustan todos los personajes frikis de la música”. Me he quedado un tanto trastocado y mi cerebro ha empezado a girar, a girar y girar. Los y las que me conocéis ya sabéis a lo que me refiero.

Pues sí, ¿que pasa? Me gusta Robert Smith, Loquillo, Bunbury, Jaime Urrutia, Francis y su Doctor Deseo e incluso Jim Morrinson. Y mucha música más. Cada uno tiene su estilo y son capaces de transmitir sentimientos, sensaciones…y como todos los grandes fenómenos o te gustan o se les odia. A mi me encanta ese inicio de concierto de Jaime Urrutia con ese pasodoble de entrada a la canción “delirios de grandeza” o el final de concierto de Loquillo con su “bella ciao” en la voz de Yves Mountand. Me gustan las frivolidades de Bunbury y de Morrinson en el escenario así como las locuras de Smith y de Francis.

Lo que sobre todo me hizo pensar fue la palabra “friki”. Considero que se está utilizando demasiado y, sobre todo, en casos en las que su uso no es el adecuado. Estos artistas son serios con su trabajo y no se ríen de nadie como hacen otros “verdaderos” frikis. El que sean diferentes no significa nada malo, todo lo contrario, quieren ofrecer al público algo diferente y coherente con su personalidad. Ojalá muchas de las estrellas de la música tanto nacional como internacional tuvieran el compromiso que algunos de estos cantantes tiene para con su sociedad. Loquillo está muy implicado, por ejemplo, con todo el tema de la memoria histórica.

La cuestión es estamos en un tiempo de crisis también musical (triunfitos que sólo aspiran a programas de pseudo karaoke, discos de grandes éxitos…de otros, etc.). Lo cojonudo es que si no te gustan esos nuevos artistas eres un friki. Pues bien, vale. Que le vamos a hacer. Me gusta la gente auténtica. Quizás en mi interior exista una parte de cada uno de ellos o quizás comparta ideología. O simplemente que me gusta la buena música. ¿No creéis? O tal vez es que también soy un tanto personaje.

Recomendable leer este texto con canciones como Delirios de Grandeza (Jaime Urrutia), No volveré a ser joven ( Loquillo), Pequeño (Bunbury), Corazón de Tango (Doctor Deseo), Friday I´m in love (The Cure) o The end (The Doors).

jueves, 6 de noviembre de 2008

The change.


Me viene a la cabeza una escena de El Príncipe de Bel Air. El primo pijo de Will Smith le dice a su padre que quiere hacer carrera política en las filas de los republicanos. Este le contesta que se sentirá orgulloso de ser el padre del primer presidente negro de EEUU. Entonces “cara cartón” grita asustado: “pero ¿soy negro?”.

Tengo que reconocer que, a pesar de las encuestas, no veía clara la victoria de Obama. Creo que nadie se ha olvidado del polémico recuento que impidió a Al Gore alcanzar la presidencia de EEUU. Sin embargo, ahí está. El primer presidente de este país que proviene de una minoría.

La verdad es que es un paso importante. Sobre todo para las minorías que viven en este país, tanto para los afroamericanos como para los hispanos. Al parecer ha sido el voto de los últimos el que ha tenido un peso importante. Y cuando digo “los últimos” no me refiero sólo a los hispanos sino a los últimos en al sociedad, a los más desfavorecidos. Y es que, el endurecimiento de las leyes en materia social y de inmigración, ha hecho decantar el voto de estos ciudadanos y el de los sectores moderados republicanos hacia la esperanza de cambio que representa Obama.

Decisivo también ha sido el voto de los jóvenes. El deseo de vivir en una sociedad mejor y el deseo de cambiar la visión que la comunidad internacional tiene de EEUU ha arrastrado hasta las urnas a muchísimos nuevos votantes y a otros que en anteriores comicios no lo hacían.

Obama viene a ser ya el sinónimo de esperanza y, como no, de cambo. Y no sólo para los propios estadounidenses sino también para millones de habitantes del mundo. En Irak desean que los soldados salgan del país y llegue la paz. En Palestina esperan un apoyo más firme de Washington a la creación del tan ansiado estado palestino. En Latinoamérica rezan para que el recién elegido Presidente promueva un cambio en las leyes del comercio internacional y sus productos tengan los mismos derechos que el resto de países. Cuba se mantiene a la expectativa. No cabe duda de que EEUU es pieza clave en el futuro de la isla. Europa espera lograr una mayor importancia a nivel mundial.

También habrá quien espera que el Ku Kux Klan acabe con al vida de Obama. Los que hacen negocio con las armas esperarán también que aparezca alguien capaz de matar, en Dallas o en la cocina de un hotel, al Presidente. Seguro que los hay. A pesar del llamamiento, muy elogiable por cierto, del otro candidato para que todo el mundo apoye a Obama, habrá quien se está subiendo por las paredes al ver a “ese negro” como Presidente.

Yo estoy entre los que tienen esperanzas de que algo cambie; aquí, allí o allá. Pero reconozco que una parte de mí, la más racional supongo, no espera mucho. Mientras los lobbies (judíos, cubanos, etc…) mantengan su presión no habrá mucho que hacer. Por eso, en un día como el de ayer prefiero tener en mi recuerdo a personajes como Luther King. Gente que dio su vida buscando la igualdad entre las personas. Apostando por políticas pacifistas. Llamando a una sociedad más justa. Seguro que desde donde esté estará sonriendo y diciéndose para sí: “mereció la pena”.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Tan cerca y tan lejos.


Leyendo las cartas que los lectores mandan a una publicación de las que regalan con un periódico me encontré con unas líneas que me hicieron reflexionar. Siempre es bueno encontrarte con cosas en la vida que te permitan mirar a tu alrededor con los ojos de los otros. Creo que no debemos limitarnos a nuestro yo y a lo que nos lo rodea y convertirlo en el único prisma a través del cual vemos el resto del mundo. Me vais a permitir que escriba la carta tal y como apareció publicada. Me parecería quitar el sentido a estas líneas el hacerlo de otra forma.

“Fue con apenas cinco minutos de diferencia, el pasado domingo a primera hora de la tarde. En un parque, un adolescente hablaba con su madre. Poco más allá, junto a la estación de metro, una chica charlaba con su padre. Él, por su teléfono móvil; ella, desde una cabina abierta. Él, impertinente; ella, modosa.

Nada tenían que ver el uno con la otra. Él, en grupo rodeado de tres amigos. Ella, sola, buscando la intimidad que una calle de paso nunca ofrece. Él exigía a su “ama”, le reclamaba más dinero de paga; ella, preguntando a su “papito”, se interesaba por su familia y por la casa. Él era delgado, de tez blanca y parecía nacido en la abundancia. Ella, morena y guapa, con voz mansa, venida de ultramar como la brisa salada.

El chillaba, porque quería más dinero, y discutía en voz alta. Ella se excusaba, muy educada, porque este mes “no había podido enviar más plata”. Dos realidades conviviendo, tan lejanas y tan cercanas a la vez”.

Me parece una de las cartas más preciosas que he leído y no sólo por su estilo sino por el contenido. Creo que sobran más palabras. Espero que os sirva para dedicar unos momentos a pensar en determinadas situaciones que suceden muy cerca de nuestras casas.

martes, 4 de noviembre de 2008

La justicia por su mano.



Por experiencias vividas, creo que en ocasiones la Administración deja en manos de ONGs, asociaciones, empresas privadas, etc.… la gestión de diversos servicios a la sociedad. Lo podemos ver continuamente, por ejemplo, en la atención a los inmigrantes, a la infancia y a la tercera edad.

Es una forma de quitarse trabajo de encima y reducir el gasto público. Lo primero lo consiguen pero lo segundo no. ¿Por qué? Porque el gasto que debía ir destinado a atender las necesidades de los colectivos más necesitados, en ocasiones, se gasta en otros ámbitos que sólo repercuten en unos pocos.

En mi concepto de administración, el ciudadano (ciudadana) debe sentirse protegido por quienes están al frente de las instituciones. Para eso les elegimos ¿verdad? La presencia de la Administración en determinados sectores de la sociedad nos permite tener una mayor confianza en quienes están al frente de Ayuntamientos, Diputaciones, Gobierno, etc. No quiero decir con esto que el Estado deba estar presente de modo dictatorial a cada paso que demos en nuestra vida. No. Ni una cosa ni otra. En su medida, cumpliendo con el papel que la sociedad les asigna con los votos.

Todo esto se ve agravado cuando la Administración es echada en falta en un ámbito como el de la seguridad. Algo de eso está pasando en Sestao. Una de las zonas más degradadas de la localidad vizcaína está siendo golpeada por la delincuencia. Son muchas las razones del aumento de delitos en la zona y no vamos a entrar en detalle porque ese no es el tema. La cuestión es que los vecinos de esa zona se quejan de la escasa presencia policial y de que el Ayuntamiento no está haciendo nada por evitar que esas calles se conviertan en auténticos guetos de marginación. Por ello, han decidido hacer lo que la Administración debería hacer y se han organizado en patrullas para vigilar por las noches los puntos más conflictivos.

Es una situación peligrosa que puede agravar la situación en lugar de solucionarla. Pienso que tomarse la justicia por su mano no es algo positivo, pero ¿qué haríamos si continuamente nos estarían desvalijando comercios, bares o viviendas? ¿qué haríamos si tuviéramos un hijo o hija que cada fin de semana vuelve tarde a casa y se tienen que enfrentar a situaciones de riesgo? ¿qué haríamos si cada día en frente de nuestro portal se pondrían a traficar con drogas? Pienso que hay que ponerse en la piel del otro para poder entender determinadas decisiones aunque estás no sean las mejores.

lunes, 3 de noviembre de 2008

Cada cosa por su nombre.


Este fin de semana he leído varias noticias en la prensa que me han hecho pensar. Una hacía referencia a la aparición en determinados medios de comunicación de EEUU de noticias que pretendían desprestigiar a los candidatos presidenciales. Estas noticias responden a intereses de los lobbys que pretenden influir para que gane su candidato. Esto mismo no nos es ajeno en nuestro país. Todos sabemos diferenciar la ideología de cada grupo y si no, tenemos un problema. En base a sus intereses tratan de una forma u otra las diferentes informaciones.

Otra hacía referencia a la pelea conyugal entre UPN y el PP. Todo por la exigencia de los populares para que el partido de Sanz les apoyara en su no a los presupuestos de Zapatero. Ahora algunos de UPN ya se van al PP y a Sanz ya le salen nuevos competidores con ansias de poder y de imponer sus tesis.

La revista Época publicó recientemente un reportaje en el que se hablaba de una supuesta operación radical en el seno del Athletic Club. Al parecer, la abogada Jone Gorizelaia intenta que algunos jugadores se alineen con las tesis radicales. En dicha información se habla de la supuesta ideología radical de varios de los jugadores. Un intento más de un grupo mediático (¿quizás político?) de desestabilizar y crear confusión y tensión.

El libro “Jesús. Aproximación histórica” de José Antonio Pagola ha sido “retenido”. La Comisión para la Doctrina de la Fe no da su visto bueno a pesar de algunas correcciones del autor y a pesar de contar con el apoyo de parte de la sociedad eclesial. Al parecer los grupos opuestos a Pagola tienen mucho poder y ya se sabe, la Inquisición siempre al lado del más poderoso.

Casualidad que me estoy leyendo un libro de Eduardo Galeano. Se titula “Espejos” y en él da una visión de la historia muy personal y objetiva. En uno de sus relatos Galeano explica como Cicerón hizo una definición para las diferentes categorías laborales en la época romana. Al final del mismo el autor nos dice: “La venta de favores sexuales era una fuente segura de fortuna. También la venta de favores políticos y burocráticos. Ambas actividades llevaban el mismo nombre. Los empresarios de la prostitución y de los profesionales del lobby se llamaban proxenetas.”