miércoles, 26 de noviembre de 2008

Milongas y otras estupideces.


Nos dejamos llevar por la moda (de estar en contra de algo o a favor de algo) sin saber si va en contra o no de nuestros propios intereses (algo que al joven de la foto seguro que le ocurre).Y es que siempre es igual. Vivimos en un país acostumbrado a dar rodeos a los problemas en lugar de atajarlos de raíz. Nos fijamos en las cosas más estúpidas y sin embargo nos olvidamos de los detalles importantes. Quizás sea esa la razón que explique los esteriotipos que nuestro país arrastra. Quizás también sea la razón de que las cosas nos vayan como nos van.

Tenemos un modelo educativo en el que un niño, por ejemplo de Burgos, recibe una educación que nada tiene que ver con la de otra comunidad. Los diferentes gobiernos se han ido cargando la educación del anterior con lo que la casa sigue sin barrer. Sabemos de las carencias que hay en los actuales modelos educativos a todos los niveles. Somos conscientes de los problemas que los docentes se encuentran en las aulas debido a la pérdida de autoridad ante alumnos y progenitores. Pero en lugar de preocuparnos de poner solución a esto nos dedicamos a echar la culpa a los crucifijos. Milongas, gilipolleces.

Sería más importante aunar esfuerzos para conseguir consenso en la materia de educación. Porque, por si alguien no se había dado cuenta, los niños y niñas de hoy son el futuro de mañana. Es importante que todos y todas reciban una educación buena y única en materia y en valores. Respecto a estos últimos habría que decir que no vienen dados por crucifijos sino por ejemplos de toda la comunidad educativa. Y uno muy importante es el de la tolerancia.


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