jueves, 30 de abril de 2009

Secreto a voces.

Y es que era un secreto a voces lo que el pasado sábado iba a ocurrir en el Rock Star Live de Barakaldo. Los Secretos son un grupo que aunque tienen un repertorio bastante clásico y conocido de antemano siguen atrayendo a la gente. Eso sí, a gente de ya una determinada edad. Aunque también había gente más jovencita en busca de sonidos y letras que marcaron época y...¡ que demonios! la siguen marcando.



Fueron casi dos horas del concierto y un montón de canciones. La verdad es que todas las que un fans me podría decir fueron interpretadas por la banda liderada por Alvaro Urquijo. Algunos pensarán que la gente se volvió loca al oir los acordes de Déjame pero la verdad es que la gente se entusiasmaba con todas.


Todo el grupo estuvo muy comunicativo, buenos todos a excepción del guitarra que está un poco a lo suyo aunque al final se acaba marcando su númerito. Sorprende el momento en el que se presentan e interpretan con su instrumentos canciones clásicas de Rock y terminan tocando cada uno un instrumento diferente.


Un buen concierto para los nostálgicos musicales de otros tiempos mejores. Sólo la sala no estuvo a la altura. un problema de última hora tuvo los baños cerrados hasta la mitad del concierto y en ocasiones la gente no paraba de hablar y casi no dejaban oír lo que hablaban los miembros del grupo. Los telenores fueron Luis Azul grupo compuesto por tres jóvenes (creo que de por aquí) y que tocan guitarra, contrabajo y teclados. No quiero ahcer una valoración porque el sonido que tuvieron no era muy bueno y no se entendían las letras. La verdad poco apropiados para la misión de telonear a Los Secretos.

En Terraza Lumiere os dejo un video con la canción Desordenada habitación interpretada por Enrique Urquijo y Antonio Vega. Por desgracia Enrique se fue hace años y esto es un homenaje que alguien habrá hecho. Que nadie piense que Antonio se ha ido. Sigue aguantando y esperemos que por muchos años. A disfrutarlo.





sábado, 18 de abril de 2009

Momentos.


Hay momentos de la vida en la que uno definitivamente se da cuenta de las cosas que ha ido dejando atrás. De lo bueno y de lo malo. Personas y momentos. Son momentos complicados en los que uno confirma que ya no hay marcha atrás. Ahora sólo queda mirar al futuro. Apechugar con lo que viene sea bueno o malo.

Pero también hay cosas y personas que ayudan a seguir adelante. Que te ayudan a volver a ser uno mismo. A ir por la vida con la cabeza levantada, mirando a todo el mundo a los ojos sin miedo a que te indiquen y digan: “ahí va ese…”. Da igual el momento o la forma en el que esa esperanza surge en tu camino. Es una bofetada que te hace despertar y que te empuja a buscar lo que realmente quieres.

Quizás sea eso lo que me ha ocurrido a mí. Momentos complicados por un motivo o por otro. Te agarras a todo lo que puedes. Las cosas y personas que son importantes en tu vida. Y la música siempre lo ha sido y lo es. Y ahí descubres que, como pasa con el buen vino, con el paso del tiempo está mejor. Letras que te hacen sentir y que son parte de tu vida. Mensajes que llenos de razón “la vida es de los que arriesgan”, “ya no volveré a ser joven”, “cuando fuimos los mejores”… “la línea clara” y tantas otras.

Me siento un tanto estupido, como un adolescente alborotado al estar a 2 metros de su artista favorito. Pero así es la vida. Siempre ha estado ahí formando parte de la banda sonora de vida. Y ahora que algunas cosas no marchan tan bien como uno desearía su música da un giro. Y lo hace paralelo al camino que me marca el día a día.

Es increíble la sensación que producen algunas canciones cuando uno está mal. Es una inyección de moral. Una forma de recuperar el orgullo y dejar de ser el payaso que antes me hacía ser feliz. De olvidarme de las críticas por llorar cuando uno tiene depresión o de sentir tan sólo indiferencia cuando a uno lo acusan de repetirse demasiado. Quizás yo también milito en la razón del pensamiento ilustrado.

Muchas gracias por tu arte.

Icaro

viernes, 10 de abril de 2009

La casa de mi padre.


La película de Gorka Merchán es una película dura. Es algo evidente ya que refleja un problema como en el de la violencia en Euskadi. Dos bandos bien diferenciados con sus ideas, sus miedos, sus odios, esperanzas y sus víctimas. Porque por los dos lados hay víctimas. Los padres de los jóvenes de la kale borroka, los familiares de presos y los del etarra muerto en “acto de servicio” también lo son. El periodista perseguido, el empresario que tiene que huir de su pueblo, de su casa, de los suyos. La madre de un amenazado. De los activistas de ETA bueno, no sé…o sí. Centrémonos en la película.

Como decía la peli es dura, pero se queda en eso. Creo que le falta algo. Te queda la sensación de que entre el inicio y el final le falta sustancia. Dios me libre de hacer una crítica en profundidad (quizás Javier Angulo de Otrocine.com puede darnos su opinión). Pensando después de salir del cine llegué a la conclusión que con esa trama se podía haber hecho un magnífico corto. Y no es nada despectivo.

Nos presenta a los personajes y sus realidades compartidas y lo hace de una manera acertada. Es a partir de la presentación cuando algo empieza a fallar para mi gusto. Insisto que utiliza mucho tiempo para la trama que cuenta.

Aún así considero que es recomendable para aquellas personas que solo ven el conflicto desde un lado (ojo, algo que puede estar justificado) y nunca desde el otro. Un tema complicado ¿verdad? Como todo lo que está enraizado en la sociedad.