Volvió a saltar la polémica. Y en esta ocasión desde La Zarzuela. O ¿sería mejor decir desde las páginas de un libro? El último trabajo de Pilar Urbano, “La Reina muy de cerca”, ha puesto de manifiesto la “supuesta” opinión de Doña Sofía acerca de temas bastante polémicos como son los matrimonios gais (según la RAE se debe escribir así), el aborto, entre otros. Como cabía esperar han saltado chispas desde diversos sectores de la sociedad y, sobre todo, desde las asociaciones de gais y lesbianas. Pero el asunto no es discutir si tiene razón, por ejemplo, al decir que la unión de dos gais se puede considerar matrimonio o no, o si comprende o no el por qué del Día del Orgullo Gay, o si en España habría que impedir el aborto. La cuestión considero que es otra. ¿Tienen los miembros de la Casa Real el mismo derecho de libertad de expresión que el resto de los mortales? ¿Por el cargo que ocupan deben mantenerse neutrales ante temas tan espinosos como estos?
La propia Doña Sofía ha enviado un comunicado en el que lamenta la “inexactitud” de las palabras que la autora pone en su boca. Pero Pilar Urbano ya ha dicho que tiene notas tomadas a mano durante las entrevistas realizadas en La Zarzuela. La periodista asegura que no ha hecho más que escribir lo que la Reina le ha dicho. Además, al parecer, la Casa Real tuvo dos copias del libro antes de publicarse con posibilidad de rectificación. Pienso que viendo el barullo que se ha montado la Reina intenta ahora dar un paso atrás. Cualquier sonido que sale desde el Palacio Real se convierte en estruendo.
Algunos creen que esas opiniones responden a conversaciones privadas pero ¿no es la Casa Real un lugar Patrimonio Nacional (y todo lo que allí se cuenta de interés público)? Eso mismo es lo que justifica la autora del libro. Yo estuve hace poco con mi mujer y unos amigos en El Escorial (Patrimonio Nacional) por lo que espero que lo allí hablado, comentado y criticado no salga a la luz pública. La verdad es que si son o no conversaciones privadas sólo lo saben las implicadas y ya es cuestión de ética periodística. Algunos creen que tenemos derecho a conocer lo que opinan sobre estos y otros temas los Reyes. Otros consideramos que digan lo que digan siempre habrá sectores en los que siente mal. Pienso que estar en posesión de determinados cargos tiene sus cosas buenas y menos buenas.
Por otro lado está el derecho de expresión. Antes de cualquier cargo somos personas y según la Constitución todos tenemos ese derecho a opinar libremente. Me parece un tema complicado en el que confluyen circunstancias especiales.
Como conclusión (a la que no he llegado) y toque de humor (que es lo primero que me vino a la cabeza) diré que me imagino a Juan Carlos diciéndole a Sofía eso de ¿por qué no te callas?