
Tomen asiento en nuestro sillón y descubran el por qué de Tales. Lean, piensen y reflexionen. ¿Les suena de algo?
Hace dos mil seiscientos años, en la ciudad de Mileto, un sabio distrído llamado Tales paseaba las noches, y espiando estrellas solía caerse en algún pozo.
Tales, hombre curioso, pudo averiguar que nada muere, que todo se transforma y que nada hay en el mundo que no esté vivo, y que en el origen y en el fin de toda vida está el agua.No los dioses: el agua.Los terremotos ocurren porque la mar se mueve y alborota la tierra, y no por las rabietas de Poseidón. No es por gracia divina que el ojo ve, sino porque el ojo refleja la realidad, como el riom refleja los arbustos de las orillas. Y los ecñipses ocurren porque la luna tapa el sol, y no porque el sol se esconda de las iras del Olimpo.
Tales, que en Egipto había aprendido a pensar, predijo los eclipses sin error, sin error midio la distancia de los barcos que venían de altamar, y supo calcular exactamente la altura de la pirámide de Keops por la sombra que proyectaba. Se le atribuye el teorema más famoso, y cuatro más, y hasta dicen que descubrió la electricidad.
Pero quizá su gran hazaña fue otra: vivir como vivió, desnudo del abrigo de la religión, sin consuelos.
(Extracto de "Espejos", Eduardo Galeano. Ed. S XXI 2008)
1 comentario:
muy interesante este galeano al igual que tu blog, edu, un saludo desde la otra butaca y suerte con el blog
nos vemos en los cines
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