martes, 23 de junio de 2009

"De Madrid al cielo..." o eso dicen.


La verdad es que han sido unos días de vacaciones preludio de mi periodo vacacional en julio. Y parte de esos días los hemos pasado en Madrid. Concretamente en San Fernando de Henares (un saludo muy fuerte a Fredy y Bea que han sido unos geniales anfitriones). A pesar del intenso calor que ha hecho lo hemos disfrutado. Vamos a entrar en materia. Hay dos cosas que estando por allí decidí incluir en el blog pero hoy sólo me voy a centrar en una. El concierto de Bunbury en Las Ventas el sábado. La otra toca lo social y más concretamente la inmigración. Pero esta última lo dejo para la siguiente entrada.

El sábado comenzó muy temprano porque Fredy y Bea se marchaban a una boda. Así que nos dejaron su casa, sus llaves y nos "abandonaron" a nuestra suerte (es broma). A Vero Bunbury le gusta pero no tanto como a mí. Así que la convencí para que nuetsra primera parada fuera en Las Ventas para ver el sitio del concierto. Faltaban doce horas para el concierto y ya había gente esperando en cola (todo bajo un sol achicharrador). Tipicas fotos en la zona y después por la calle Alcalá hacia el retiro.

La hora de la comida nos pilló de camino a Sol así que entramos a comer en un centro gallego muy apetecible por lo fresquito y por los manjares que allí se podían desgustar. La sobremesa la pasamos callejeando por el Madrid más histórico haciendo paradas para tomar líquido, comprar algunas cosillas y visitar la tienda de disco " La metralleta". Hay de todo. Ese disco que no encuentras está allí. Seguro.

Ante el calor que hacia (no te daban gaans de nada) y los nervios que se me empezaban a poner rebeldes ante la llegada de la hora del concierto, decidimos ir hacia las ventas. Faltaban dos horas para el inicio. Sorpresa, la cola daba casi la vuelta a la plaza. Todo estaba hasta las narices. Compramos algo para picar y nos sentamos a esperar que abrieran las puertas. Todo el paisaje eran camisetas de Héroes y de Bunbury. Incluído un chavalillo de unos siete años al que sus padres habían vestido de bunbury para la ocasión. La verdad es que el chaval lo bordaba hasta el punto que posaba y la gente se sacaba fotos con él. Incluso dentro d ela palza la gente le aplaudía.

Lleno absoluto. Veinte minutos de retraso y... empieza el espectáculo. Se puede definir de manera sencilla: " generosidad bunburyana". Lo dejó claro desde el principio. " Hace veinte años que no he tocado en Las Ventas y esta noche lo voy a aprovechar". Primera sorpresa. A la guitarra le acompañaba Phil Manzaneda (el productor que lanzó al estrellato a Héroes). Delirio en las gradas.

El concierto muy guitarrero. Genial la puesta en escena. Con montajes de video en el que mezclaban películas de terror antiguas y de serie B (¿se llaman así?) con fotos de su disco y una voz en off que acababa diciendo "empieza el éspectáculo". De esa forma empezaba a tocar "El hombre delagado... Y esto fue hacia la mitad del concierto. Pero la tónica fue similar.

El público entregado llevo a Bunbury a un estado de gracia que le llevó a que el concierto llegase a las dos horas y media. Increíble. Sólo extraño que dejase dos canciones sin cantar como son "Alicia" y "Salomé". Sin palabras. La foto que acompaña esta entrada está sacado faltando casi dos horas para el concierto.

Pero bueno... the show must go on. Y el sábado (esta vez aquí cerca) veremos otro concierto que promete. El loco, su repertorio novedoso con "La mataré" y las ganas de escuchar las canciones que cada día que pasa nos llevana a pensar que , Balmoral, es el mejor disco de Loquillo. ¿Verdad Javi? (Por cierto habrá que quedar para ir antes y ver si podemos estar con Igor o el propio Loco.

Nada más por hoy. Siguiente tema traído de los madriles proximamente en este vuestro blog.