Llega el periodo vacacional y con él el merecido descanso. Concretamente hoy, salimos de vacaciones. 2 días en Barcelona, 7 por Suiza y otro par en Barcelona antes de volver al hogar. Son unos días de descanso y de desconexión con nuestra actividad cotidiana y monótona que tantos quebraderos nos da. Pero yo tampoco quiero dejar de hacer una reflexión. Esta gira en torno a los afortunados que somos unos y las desgracias de otros.
Durante el verano somos muchas las personas que gastamos nuestro dinero viajando y recorriendo mundo sin otro objeto que el de descansar, conocer y disfrutar. Viajamos en grandes y modernos aviones, barcos, trenes, autobuses... Que vamos a contar a estas alturas ¿verdad?
Otros sin embargo viajan pero en otras condiciones. En patera, en los bajos de un camión, saltando verjas y Dios sabe de qué cientos de maneras más. Y encima lo hacen obligados por el simple hecho de querer sobrevivir. Además no pueden volver a casa porque serían unos fracasados mientras nosotros sacamos al viento nuestras aventuras y desventuras. cual trofeos de puro snobismo.
La cosas no queda ahí. A nosotros nos reciben con los brazos abiertos. Da igual el lugar en el que estemos. Encantados de acogernos y de que soltemos los euros o, como en este caso, los francos suizos. A "los otros" se les evita, se les arrincona, y todo a pesar de que también aportan mucho a esta sociedad.
No quiero extenderme más. No estaría mal que todos dediquemos un poco de tiempo a la reflexión. Nos hará sentirnos más cercanos a la realidad y darnos cuenta de lo afortunados que somos.
Aprovecho para desear un feliz concierto a los que el sábado vayan a ver a Bunbury (aunque no tendrá nada que ver con el de Las Ventas...tengo que pensar así sino me da envidia). Yo estaré viendo Basilea, Zurich, Sión, Friburgo, la casa de Heidi, Pedro, las cabras...
Disfrutad las vaciones.