Parece increíble pero es cierto. Primero fue Roldán y después Muñoz. Dos ladrones de tomo y lomo. Se quedan con el dinero de los contribuyentes, cometen mil y una fechorías y, sin embargo, les dan un espacio en televisión para que lo puedan contar de primera mano. Y encima en época de crisis. Cuando la mayoría de la ciudadanía está pasándolas canutas nos ponen a estos energúmenos a contarnos milongas. Lo cojonudo es que encima les pagan.Por un lado la culpa es de quienes dirigen determinados medios de comunicación. En su afán por conseguir la primicia se olvidan de distinguir lo que es verdaderamente noticia de lo que es chufla y descaro. Y es que en televisión se cuela cualquiera. Sólo hace falta ver quienes se sientan en tertulias y quienes presentan algunos programas.
Pero no podemos olvidar la culpa de los televidentes. Como ese millón seiscientos mil espectadores que sentaron un viernes frente al televisor a ver a un señor de bigote que poco más que llorando se presentaba como víctima. Seguramente por otro lado estaba pensando en el cheque que le acababan de dar y en los millones que tiene en alguna cuenta fuera de país. No, tranquilos, no me olvido tampoco de los que se sentaron a ver a ese señor calvo que fue Director de la Guardia Civil y que también se llevó su pico. Hay que ser masoquista y tener poca memoria para ver eso.
Quizás tenemos lo que nos merecemos. Programas muy buenos no han durado ni dos semanas en parrilla y sin embargo nos invaden con esta mierda tildada de noticia. Dos personajes haciendo su papel. Joder, pero es que hay mejores actores y actrices a los que no le dan una oportunidad. Hay mejores periodistas con mejores noticas que ofrecer y que están de freelands intentando hacerse un hueco.
Da igual. No nos importa. Seguramente en breve entrevistaran a cualquier personaje de tres al cuarto y allí estaremos todos. Pegados al televisor. Bueno, todos no. Yo no estaré. Aprovecharé para leer algún libro.
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