domingo, 6 de junio de 2010

Otra vez Israel.


No quería empezar esta nueva etapa hablando de algo ya muy tratado con anterioridad pero es que no lo puedo remediar. De nuevo Israel, ese pueblo que ha pasado de víctima a verdugo como si fuese un trayecto natural a recorrer. Otra vez la vulneración flagante de los derechos humanos. Y, como no, de nuevo salen de rositas por mucha denuncia internacional que se oíga.


Y es que lo de esta gente no tiene nombre. Asaltar un barco en aguas internacionales matando sin piedad a una decena de personas. Es lamentable y asqueroso que el gobierno israelí justifique el ataque alegando defensa propia. Primero. Lo normal es que en defensa propia actuén aquellos a quienes se aborda sin contemplación. Segundo. Defensa propia hubiese sido si los activistas hubiesen atacado con armas, con esas que no existían por ningún rincon, a las fragatas. Tercero. Que no nos la cuelan. Que les tenemos calados desde 1948.


Me da la sensación que este país se cree con el derecho de hacer lo que bien le venga en gana. Parece que hay que perdonarles todo. Y encima hay que oír a algunos referirse al estado sionista terrorista como el único país democrático de Oriente Medio. De nuevo la comunidad internacional escandalizada pero nada de nada.


Es difícil que Israel cambie su postura mientras los lobbies judíos de Estados Unidos sigan teniendo tanta importancia en ese país. Bueno y en el resto del mundo.


No me voy a extender. Sólo lanzar un grito de apoyo al pueblo palestino y a su derecho a vivir en libertad. Creo que ya es hora de que Israel pague lo que está haciendo desde hace décadas. Su violencia genera más violencia y, no me gustaría que se malinterpretara mis palabras, cada vez más justificada.


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